Cómo pintar una habitación

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Ya llegó la hora de cambiar el color de una, o todas, las habitaciones de tu casa, pero no sabes por dónde empezar. Hay que decidir los tonos, comprar los materiales y llevar a cabo el trabajo, algo que quizás nunca has hecho. 

No te preocupes, estás en el lugar indicado, en este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre elección de colores e ideas originales para tus paredes, el preparado de los muros y el correcto proceso de pintado. 

Las paredes son una parte muy importante de cualquier ambiente, son las contenedoras del espacio y las que marcan la sensación general. Unas paredes descuidadas o de un color poco agradable, pueden hacer que tu ambiente se sienta incómodo. 

Por ello, no lo dudes más, dale a tu espacio un aspecto fresco y un look renovado que de seguro transformará la sensación de ese ambiente. 

1. Elige los colores para tu habitación 

Lo primero que debes decidir es de qué color pintarás. Definir el color de un espacio se debe a muchos factores, siendo el principal el gusto personal, pero también depende de la iluminación y tamaño del espacio, así como su función y la sensación que se quiere transmitir. 

Cada color transmite sensaciones distintas: calidez, luminosidad, elegancia, alegría, entre otros. A continuación te mostraremos cómo elegir el color adecuado dependiendo del tipo de espacio que tengas por su luz, tamaño y función. 

Colores que dan luminosidad 

La luz natural es uno de los factores más importantes en cualquier espacio, la luz hace que el ambiente sea más agradable y cálido. Por lo tanto, si quieres replicarla en un ambiente, hay ciertos colores que te pueden ayudar a lograrlo. 

El blanco es el color por excelencia que ayuda a aumentar la luz en un espacio, por lo que hará que cualquier espacio oscuro se vea más luminosos. Puedes optar también por otros colores, siempre eligiendo el tono más claro para asegurar la luminosidad del espacio. 

Define el color por el tamaño del espacio 

Además de brindar luminosidad, los colores claros también ayudan a que un espacio se vea mucho más grande, por lo que si quieres aumentar visualmente un ambiente, esos son los tonos que debes elegir. 

En espacios estrechos, puedes pintar la pared del fondo de un color oscuro y las otras en tonos claros para generar un efecto visual de alejamiento del muro, dándole una sensación de profundidad al espacio. 

Opciones de colores para salones 

La elección de colores varía también según la función del espacio, aunque no es lo único que la determina. En salones, los tonos más usados son los cálidos que invitan a pasar el rato y también tonos atrevidos que denotan personalidad. 

Las tonalidades más usadas para paredes, por su flexibilidad y luminosidad son el blanco y el gris, en distintos tonos. También es una buena opción agregar algún detalle en negro para sumar elegancia y un elemento original en el espacio. 

Salón de casa pintados color crudo-suave

Otros tonos muy usados son los tierra, incluyendo el beige y marrón, por su calidez y versatilidad en el diseño. Puedes usar el rosa también para agregar calidez y crear un espacio muy divertido. 

Con el rojo o bordó puedes agregar calidez, pero al mismo tiempo personalidad en un ambiente. Son también tonos muy elegantes para un salón. 

Los tonos azules son una buena opción para sumar frescura y personalidad en el salón, tanto en sus tonos fuertes como pasteles para agregar luz. Dentro de los colores fríos, el verde está en tendencia hace un tiempo, en sus tonos más oscuros. 

Los tonos más populares en dormitorios 

En el dormitorio buscamos calidez, relajación y un espacio en el que nos sintamos a gusto. Por ello los colores más usados son los claros y pasteles, con algunas excepciones más oscuras. 

Dentro de los tonos más clásicos podemos encontrar el blanco y gris, que crean una atmósfera serena y versátil para colocar decoración. En algunos dormitorios podemos encontrar el negro, que usado con moderación puede ser un gran elemento de diseño. 

Dormitorio pintado colores claros

Por otro lado, los beige y rosa pastel suman calidez y personalidad al dormitorio, a la vez que nos relajan. Otros tonos que se relacionan con estas características son el amarillos pastel y el mostaza, que están muy de moda actualmente. 

Los colores azul y verde también son buenos para estos espacios porque se relacionan con la naturaleza y conforman un espacio armónico, tanto en sus tonos más oscuros como los claros. 

Colores divertidos para niños 

Para los niños, sin dudas es bueno usar colores que sean divertidos y los estimulen, pero eso no quiere decir que tengas que optar por colores saturados. Puedes usar tonos medios o pasteles para crear un espacio con personalidad, pero sin sobresaltos visuales. 

Los colores blanco y gris, aunque pueden parecer aburridos para niños, crean un dormitorio simple y armónico que les durará por muchos años, mientras deja que la decoración resalte. 

Si quieres apostar por el color, los rosas y celestes son los más usados en los dormitorios infantiles. Usa estos colores en varias tonalidades suaves para crear un efecto más divertido. Puedes también combinar el rosa y el azul en tonos oscuros y crear un dormitorio infantil con mucho estilo. 

Otro color que funciona muy bien en estos espacios es el amarillo, ya sea en tonos pastel, combinado con blanco o rosa; es un color que provoca alegría y dota al espacio de personalidad. 

Habitación infantil pintada en verde

Con un aire más fresco, el verde también puede ser usado en combinación con el gris o blanco para lograr un dormitorio original y muy bohemio. 

Estilo en la cocina y el baño gracias al color 

En los espacios de servicio la funcionalidad va primero y esto se relaciona también con el color. La cocina y el baño suelen ser lugares con poca o nula iluminación natural y que pueden ser muy pequeños, por lo que los colores deben ayudar a revertir eso. 

Usa colores claros como el blanco para agrandar visualmente un espacio y dar la sensación de limpieza y pulcritud. Por otro lado, puedes agregar estilo con un tono de gris claro. 

Cocina pintada en blanco. Detalle mesa con silla

Al estar ambos espacios relacionados con el agua, el azul es un color que también funciona de maravilla agregando mucha personalidad. Y, por qué no, apostar por colores alegres y llamativos como el amarillo o naranja para transformar por completo estos ambientes. 

2. Elige la pintura más adecuada 

En interiores, la pintura más utilizada es la de látex ya que no tiene olor, es de secado rápido y puede limpiarse con agua. Este tipo de pintura es ideal para cualquier ambiente que no tenga demasiado uso, como un salón o dormitorio. 

En cambio, para espacios que exigen mayor durabilidad, lo mejor es usar pintura sintética que se aplica generalmente sobre una pintura base. Esta pintura es ideal para cocinas, baños, pasillos y los marcos de las puertas, por ejemplo. 

Una vez elegido el tipo de pintura, debes determinar su terminación: brillante, satinada o mate. La pintura brillante es más duradera y lavable, por la que se la recomienda para espacios de mucho tránsito y uso. En la pintura satinada encontramos un brillo más leve, otorgando un resultado estético. Por último la pintura mate es opaca y por su acabado ayuda a disimular imperfecciones de la superficie. 

Brochazos de colores con rodilloen pared

Una vez decidido el tipo de pintura y acabado, debemos calcular cuánta pintura necesitamos. Un litro de pintura económico suele rendir hasta 5 metros cuadrados, mientras una de mejor calidad llega hasta 10 metros cuadrados. Mide cuántos metros cuadrados de pared debes cubrir y estima cuántas capas de pintura necesitarás para calcular los litros necesarios. 

3. Escoge las mejores técnicas de pintura 

La pintura es un recurso fácil y económico para cambiar radicalmente una habitación. Hay muchas técnicas originales que puedes aplicar con pintura, cinta de enmascarar y un poco de creatividad. 

Uno de los recursos de diseño más fáciles de lograr es crear una pared destacada dentro del ambiente. Elige un muro para destacar, como puede ser el de detrás del sillón en el caso de salones, y píntalo de un color distinto para que se separe del tono de las demás paredes. 

Para integrar dos colores en todo el ambiente, puedes optar por la técnica half-painted, que consiste en pintar la mitad del muro de un color y dejar la otra mitad en otro tono. Generalmente, se coloca el color más claro arriba para evitar pesadez visual en las paredes. 

Otra forma de integrar dos o más colores es haciendo una pared a rayas. Es un efecto muy fácil de lograr sólo con cinta de pintor y que puedes usar también para destacar un muro del espacio. Las rayas verticales harán que el espacio se vea más alto y las horizontales, más ancho por lo que es un recurso que también sirve para agrandar visualmente tu espacio. 

Espacio de una casa pintado a rayas

También con cinta de pintor puedes animarte a crear formas geométricas con pintura. Saca tu lado artístico, pintando formas en las esquinas o alrededor de las puertas, no hay límites para tu imaginación. 

¿Quién dijo que los techos deben ser siempre blancos? Es una superficie ideal para integrar color en la habitación, de una manera muy original. Una de las opciones es mantener los muros del espacio blancos y el techo en un color destacado, si es un ambiente alto incluso puedes optar por colores oscuros. 

4. Prepara el espacio que vas a pintar

Para empezar a pintar primero debes quitar todo de las paredes: muebles, decoración, clavos, tapas de luz, enchufes y manijas si vas a pintar también las puertas. Lo que no se pueda quitar de la pared, tápalo con cinta de pintor para no mancharlo. 

Por otro lado, debes correr todos los muebles del espacio para que no se manchen. Una buena idea es juntar todas las cosas del ambiente en el centro, para poder taparlos con plástico o telas y protegerlos. Si en ese espacio tienes algo que debas usar en los próximos días, asegúrate de moverlo a otro lugar de la casa antes. 

Luego, asegúrate de tener todos los materiales necesarios para empezar, como la cantidad de pintura necesaria, la masilla de yeso, la espátula, lija, la cinta de pintor, trapos, rodillos, pinceles y alguna bandeja o cubo de pintura. Es mejor revisar que tienes todo a mano antes de comenzar el trabajo. 

5. Prepara tus paredes 

Ya tienes las paredes vacías y la habitación preparada, ahora sólo queda reparar y limpiar las superficies a pintar para que la pintura adhiera de la mejor manera y no tenga ninguna imperfección. 

Primero debemos rellenar cualquier hueco o fisura de la pared con masilla de yeso, extendiéndola con una espátula para que quede lisa. Cuando la masilla esté seca, debemos lijar toda la pared para lograr una superficie uniforme.  

Luego, limpia las paredes con una mezcla de agua y jabón para quitar cualquier residuo que pueda interferir con la pintura. En esta etapa es recomendable colocar una imprimación sellante si la pared es porosa, para darle a la pintura una base mejor. 

A continuación, coloca cinta de pintor en los bordes de las paredes, zócalos y unión con el techo, para poder pintar con tranquilidad sin desprolijidades. Si vas a realizar decoraciones en la pared, debes poner las cintas donde correspondan. 

6. Comienza a pintar 

Finalmente, ya tienes todo para comenzar a pintar tus paredes. Recuerda también proteger los pisos con cartones o plásticos para evitar derrames de pintura. Lo ideal es que no pintes cuando el clima está demasiado húmedo o caluroso, ya que la pintura tardará mucho tiempo en secarse. 

Cuando pintes abre las ventanas, para tener buena ventilación y asegúrate de que el ambiente esté iluminado, si es posible con luz natural. Con una buena luz natural o luz artificial fría, podrás ver los colores con claridad y notar cualquier imperfección que haya que corregir. 

Espacio ampli de casa pintado en azul. Materiales en el suelo

Al comenzar a pintar, hazlo de arriba hacia abajo, empezando por el techo si es que lo pintarás. Usa rodillos para las superficies más grandes y luego pinceles para las uniones y detalles, así te aseguras un acabado más prolijo. 

Comienza con capas finas de pintura y deja secar completamente entre capa y capa, así podrás ver el tono real del muro ya que la pintura oscurece cuando seca. Usando poca pintura por vez evitas crear grumos y futuras grietas por el exceso de material. 

7. Deja secar y ¡a disfrutar!

Cuando termines de aplicar todas las capas, quita toda la cinta de pintor que hayas puesto para que no queden marcas y espera al menos 24 horas antes de volver a usar el ambiente, asegúrate también de ventilar durante este tiempo. 

¡Y listo! ya tienes una habitación que se siente como nueva, ahora sólo queda volver a colocar los muebles y la decoración, y comenzar a disfrutar nuevamente de este espacio en tu hogar con una sensación renovada.